¡No cantes así!
- Verónica Facio
- 28 sept 2015
- 2 Min. de lectura

Los malos hábitos al cantar se adquieren cuando no se trabaja la voz de la manera adecuada, uno de los más comúnes es la tensión en la mandíbula, y normalmente no llegamos a darnos cuenta, pero este tipo de tensión realmente nos limita demasiado a la hora de cantar. Una forma sencilla de detectar este problema es observar nuestro rostro frente a un espejo mientras estamos cantando, Si vemos que apenas se mueve o lo hace muy poco o que incluso hay una nota en que se queda clavada, tendremos nuestros claros indicios.
Un ejercicio muy práctico para combatirlo es leer manteniendo la boca abierta, sujetando la mandíbula de manera que no haga fuerza.
Otro problema común es la tensión corporal, hay mucha gente que mientras canta tensa todo el cuerpo involuntariamente de manera que si están mucho rato cantando acaban muy cansados y con dolores de espalda. Es recomendable observarte en un espejo mientras practicas tus ejercicios o mientras cantas, para asegurarte de que a ti no te está pasando, si te pasa, puedes probar bajando el volumen de tu voz.
El problema más grande a la hora de cantar es la respiración, algo con lo que muchos cantantes batallan a lo largo de sus carreras, pues llevan la respiración hasta sus hombros. Los efectos negativos que tiene esta respiración es que al llenar menos nuestros pulmones, lo tenemos que hacer más a menudo y es más incómodo, además, puede producirnos una tensión innecesaria en los hombros que luego desencadena en dolor de hombros. En caso de que observes que estás realizando este tipo de respiración, deberías intentar respirar hinchando tu estómago, una manera muy sencilla de saber a qué me refiero es acostarte y notar como tu estómago sube y baja a medida que respiras.
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